| Han sido los Juegos Paralímpicos de Invierno en los que menos participación española ha habido y los primeros, desde Innsbruck 1988, en los que no se ha conseguido medalla. Pero para Pol Makuri, estar entre los mejores en la nieve de Pekín era ya un éxito. En la capital china ha cumplido un sueño que llevaba más de una década persiguiendo. El esquiador de fondo, que compitió en tres pruebas -20 km, sprint y 12,5 km- dejando buenas sensaciones, ha sido el abanderado de España en la ceremonia de clausura en el estadio ‘Nido de Pájaro’. Emocionado y sonriente, el barcelonés izó la bandera rojigualda con orgullo e ilusión durante el desfile que ponía punto y final a unos Juegos marcados por el conflicto en Ucrania y en los que no han participado los deportistas de Rusia y Bielorrusia, que fueron excluidos por el Comité Paralímpico Internacional. Una edición en la que el país anfitrión ha coronado el medallero con 61 preseas, seguido por Ucrania con 29 y por Canadá con 25. “Para mí no solo es llevar la bandera de mi país, sino representar a todas las discapacidades en España, sobre todo, la parálisis cerebral y daño cerebral adquirido, que por primera vez ha estado presente en unos Juegos de Invierno. Me gustaría ser un ejemplo para otras personas en mi situación y motivarles, porque con ganas e ilusión, y cueste lo que cueste, todo es posible. Ha sido un sueño estar en los Juegos Paralímpicos, no solo por competir en tres pruebas, sino por todo lo que he vivido en estos días. Me llevo el haber podido compartir estas experiencias con un gran equipo de personas. Ahora quiero llegar a casa, digerir lo vivido y ver hacia dónde va el camino. Estoy con muchas ganas de plantear otro ciclo paralímpico”, ha explicado Pol Makuri. |
